Por: Cristina F. Pereda | 07 de diciembre de 2012 En 1992, el entonces editor The Washington Post , Robert Kaiser, redactó un documento dirigido a los responsables del diario y en el que analizaba las posibilidades de internet y los cambios que debían implementar en la organización para producir “el primer periódico digital”. Aquel informe contenía bastantes aciertos a pesar de que fue redactado antes de que millones de norteamericanos pudieran acceder a la red, pero también cayó en un grave error perpetuado en decenas de organizaciones: “Nos reservamos el derecho a posponer la aplicación de estos descubrimientos”, escribió Kaiser, hasta que tengamos la confianza de que ganaremos dinero (o se lo impidamos a un competidor) con el lanzamiento de el producto electrónico”. Dos décadas después, en un contexto económico y tecnológico completamente distinto, ni The Washington Post ni ningún otro periódico que quiera sobrevivir puede permitirse perpetuar el mismo razonamiento. Así